Esperanza Ramírez Romero. Texto tomado del Catálogo: “Antes y después de la restauración del Acueducto. IMC, Unidos Michoacán un Gobierno para Todos. (2002)
Llegué al mundo en una casa netamente moreliana, ubicada en el corazón de la ciudad, fue mi primera experiencia, inconsciente, con el Patrimonio Arquitectónico.
La sala de la casa, solo se abría por Navidad, onomásticos, familiares o visitas muy formales. En cambio el recibidor abría sus puertas más frecuentemente por la llegada de amistades: era común recibir a la familia en un estrado que había en el corredor. A mí manera de ver, este sitio era el más agradable, por estar entre macetas de azáleas, helechos, palmas y orquídeas: los trinos de clarines y canarios encolarían el ambiente. En la recámara de mis padres se hacían las reuniones familiares más íntimas, que era en éstas cuando generalmente se nos reprendía.
En el patio, frecuentemente jugábamos por las tardes mientras mamá estaba en el comedor tejiendo; a la cocina nos gustaba ir a probar a la cazuela, aunque la cocinera nos ahuyentaba.
Ese fue mi pequeño mundo de niña y mi entorno en una casa de grandes espacios en el Centro Histórico. Pronto me di cuenta en mis excursiones por las azoteas, que todas las casas de la manzana tenían, en común, patio de baldosas y corredores amplios llenos de floreadas macetas y en grandes jaulas, aves canoras.
A medida que crecía, mi conocimiento arquitectónico-doméstico se fue ampliando al asistir al colegio o cuando por motivos de santos o cumpleaños de mis amigas, era invitada a sus fiestas. mismas que me permitieron observar las diferencias espaciales entre las casas del Centro y las de la Calzada.

También viví, en esta ciudad, lo que para mí eran los nuevos espacios amplios, frescos y místicos de los templos a los cuales acudía con mi familia los domingos y fiestas especiales.
En ese tiempo, tuve a través de safaris infantiles mi encuentro con la arquitectura religiosa. por ser el Padres, sacristán de la Catedral, amigo de la casa, teníamos la oportunidad de treparnos a la azotea catedrática, donde un mundo fascinante de bóvedas altas y bajas, de arcos con escaleras, de ventanas a diferentes niveles, que nos permitían curiosear, gárgolas que en tiempos de lluvia nos mostraban su funcionamiento con sus impresionantes chorros de agua que observamos desde la torre, donde nos protegíamos, y el poder admirar desde esa altura el paisaje de la ciudad.
Dra. Esperanza Ramírez Romero
- Lugar de nacimiento: ;Morelia, Michoacán, México.
- Participación Laboral: Profesora investigadora de la UMSNH. Coordinación de Investigación Científica, Ciudad Universitaria. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Presidenta del Patronato Pro-Rescate del Centro Histórico.
- Formación Académica: Maestría en Historia del Arte, Universidad Iberoaméricana México, D:F, (1965).
- Maestría en Historia. Universidad Nacional Autónoma de México, México, D.F. (1983).
- Doctora en Historia Universidad Nacional Autónoma de México, México, D.F. (1993)
- Especializaciones: Ha tomado trece cursos y sis diplomados de arte pre-hipánico, arte virreinal, arquitectura, artes plásticas, y criterios sobre restauración de bienes muebles e inmuebles, de ellos cinco entre España e Inglaterra, además de tres seminarios en México, organizados por el INAH y la UNESCO: