
- Hace 21 años se restauró el Acueducto de Morelia y se quitaron daños de fauna y hongos; contaminantes atmosféricos; destrucción por golpes y corrosión; grafiti, herrajes y letreros; juntas extropiadas; quebradura y grietas de las piedras; entre otros daños más. “El Acueducto era un enfermo grabe”.
- El actual Acueducto de Morelia tiene 230 años de haber iniciado su construcción, 109 años de no usarse como canal de agua y 21 años de una restauración completa.

Uno de los monumentos más emblemáticos de Morelia, es su hermoso Acueducto. Casi nadie sabe que sus inicios como fuente de abastecedora de agua en la ciudad sucedieron a muy temprana edad de la antigua Valladolid, en 1549. Han sido cuatro las construcciones que esta larga arquería ha vivido para hoy ser un emblema de la capital michoacana junto con si majestuosa Catedral.
El Acueducto de Morelia tal cual lo conocemos ahora ya tuvo una primera restauración muy importante y ésta sucedió hace 21 años. El paso de este evento nos lo narra la Mtra. Tere Alanís, miembro activo de Morelia Patrimonio de la Humanidad A.C., toda vez que ella tuvo una importante participación en el Patronato Pro-Rescate del Acueducto.


Hace casi tres décadas se restauró en su cien por ciento el Acueducto de Morelia, aquí tuvieron participación hasta en más del cincuenta por ciento las y los morelianos, otro porcentaje importante lo pusieron empresas como las bancarioas, de telecomunicaciones; además de empresarios y, también, con menor impulso el municipio; aunque el gobierno del Estado hizo lo propio.- Así dio inicio la charla con la maestra Tere Alanís, en casa del Ingeniero José Carrillo.

El actual Acueducto es la Cuarta edificación que se hizo con el mismo fin.
La primera intervención para traer agua a la ciudad con la ruta del Acueducto inició en 1549 cuando se hacían zanjas para traer agua a Valladolid desde la altura del Campestre pero era lógico que se tapaban con las piedras o la hierba; había partes que se hacían forradas de barro, mas este se rompía. Tiempo después en los lugares donde no había sustento suficiente ponían canoas de madera y circulaba por dentro de ellas el agua, esto sucedería en 1615. Para 1709 se inició una tercera construcción, por el Arzobispo Manuel Escalante, pero se cayó. Entonces deciden hacer el cuatro Acueducto encomendado a Fray Antonio de San Miguel para que lo construyera y esto fue en 1789, como lo vemos ahora con sus arquerías hermosas sirvió como abastecimiento de agua en la ciudad hasta 1910.

De 1910 a 1992 no se le hizo ninguna restauraciópn, estaba terriblemente mal, con 82 años de abandono y urbanidad sobre él. “Fue precisamente en 1992 cuando Morelia Patrimonio de la Humanidad A.C., decide hacer trabajos para que este monumento se restaurara. Se empezó por conocer el diagnóstico a través de especialistas para hacer una estimación de los daños, los costos y realizar un proyecto para obtener los recursos necesarios para intervenirlo”, expuso la Mtra. Alanís.

1992, el levantamiento de deterioros. Aquí se estudiaron las piedras que al estar al intemperie por tantos años se fueron maltratando y corroyendo; se estudió la flora que tenía y se hizo un dictamen certificado por biólogos. Se hizo un levantamiento topográfico para saber las mediciones, las alturas, el número de arcos y, tener todos los datos estructurales. Además de un estudio del mortero con el que se pegaron las piedras que al analizarse resultó ser cal viva1 y arena; se estudió su color. En algunos casos era necesario conseguir las piezas de cantera completas. Tenía golpes de carro que lo habían maltratado mucho… El canal del acueducto estaba lleno de alambres, principalmente de Villalongín al Caballito. “TELMEX y la CFE habían colocado ahí sus conexiones en lugar de usar postes, de modo que cuando llegaron a cambiar cableado en esa área de la ciudad, el viejo se iba quedando dentro del canal”. Los últimos arcos que están cerca del Estadio Venustiano Carranza, estaban todos tapados, se veía la parte arriba del arco, pero su hueco no. “Ya no se ve su pilar y es que se han ido poniendo capaz de pavimento en la avenida Acueducto. Han subido como dos metros por eso hay algunos que tienen escalera para que cruces”.

1996, después del diagnóstico. “Empezamos a tratar con el gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí, (él se interesó mucho con el proyecto desde sus inicios 1992), dijo – ya veremos cómo se hace- Decíamos que el Acueducto estaba enfermo y era un enfermo grave al que teníamos que curar”.

De 1992 a 1996 hubo que estar haciendo propaganda, el estimado de costos y el proyecto desde la mesa: la planificación. “El gobernador nos empezó a facilitar las cosas con Obras públicas, el OOAPAS, etc., con ese interés logramos hacer un Patronato Pro-Rescate del Acueducto, el Presidente honorario era el gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí y el que le seguía era el presidente Municipal Salvador López Orduña. Los ciudadanos que trabajábamos éramos entre otros la Dra. Esperanza Ramírez Romero quién funge como la Presidenta; Gerardo Sextos era el tesorero, Juan Pablo Arriaga, German Oteiza, Gregorio Gómez, Gloria Aguilar, María de la Luz López, etc., – Tere Alanís, sonrió con el recuerdo.

Después de hechos los presupuestos Juan Cabrera, el arquitecto y doctor en restauración estaba listo con su equipo de trabajo para iniciar una encomienda que duraría por dos años. El gobernador aprobó que se inaugurara la monumental restauración en 1996. “Nos ayudó BANCOMER, TELMEX TELEVISA; la gente de Morelia por supuesto”. Los maestros especialistas, se veía por aqueella Avenida homónima al monumento, los andamios, maestros en historia, los que lavaban la piedra y retiraban el grafiti. Se limpió ranura por ranura. “Cuando le toca a los arcos que estaban frente a la Zona Militar 021 el General nos prestó a los soldados para que ellos hicieran el trabajo pesado de las juntas. El Ayuntamiento nos mandaba albañiles de planta que ellos tenían, pero luego surgía contingencia y se los llevaban, esa fue su aportación”.

Era necesario juntar una cantidad cuantiosa al ser más de 250 los arcos del Acueducto y saber que cada uno tenía un costo de restauración de casi 8 millones de pesos de aquellos. .. “Mandamos hacer llaveritos, pulseritas y muchas cositas para vender. Gloria Aguilar se encargó de ir a todas las escuelas públicas a promover el Libro de Mi Ciudad y Yo, para que los niños quisieran a su ciudad como nosotros la queremos y al mismo tiempo a pedir colectas en las escuelas públicas y privadas. Había niños que se entusiasmaban tanto que estaban de manera permanente con sus alcancías para el Centro Histórico, pero necesitábamos más dinero, además de muchas toneladas de cal para hacer el mortero. Mi esposo tienen una fábrica de cal y él nos donó toda la que necesitó el Acueducto y los albañiles de Juan Cabrera hicieron el apagado en sitio”.

La campaña de Adopte un Arco, “el presupuesto lo dividimos entre el número de arcos y lo que costaba cada uno se lo pedíamos a la gente que podía donar y ellos adoptaban a uno. En agradecimiento a quienes adoptaron un arco para su restauración se mandó hacer una placa con los nombres de los ciudadanos”.

La Restauración quedó terminada el 28 de febrero de 1998, pero se entregó a la ciudad el 17 de mayo de 1998 para celebrar el cumpleaños 450 de Morelia. Fue el regalo de la ciudadanía a la ciudad.
Misterios en el Acueducto
Al estár tallando las piedras para limpiarlas se descubrieron una serie de glifos o marcas grabadas, resaltadas o pintadas, el estudio lo hizo Catherine Ettinger que es doctora en Restauración.”Ella estudio esas piedras y descubrió que eran signos que hacían las personas que constataron con sus manos el acueducto, eran una especie de firmas de quienes intervinieron en la verdadera construcción”.
“Carlos Bravo Nieto hizo un estudio hidráulico para saber cuánto era el flujo del agua que podía cruzar poe el Acueducto, qué función tenían las cajas de agua y cómo se medían las unidades del vital líqudo. La medida del agua dependía de unidades llamadas grano, paja, dedo, real, naranja y surco, así se calculaba el flujo en lugar de metros cúbicos”.

“Se pudieron conocer las tomas que había para sacar el agua del acueducto, que están en diferentes lugares del monumento: Las cajas de agua limpiaban el líquido de la tierra y las piedras. Como cualquier acueducto hay compuertas para que el agua vaya o no por el camino correcto”.
“Fue un trabajo de muchos años pero con un gran fruto”. Además se hizo este libro de El Acueducto de Morelia2

“.. Porque todo lo que hacemos trabajamos por Morelia es por amor a nuestra ciudad, la queremos ver bonita, queremos que se conserve. Amor que nos inculcaron nuestros padres y abuelos y que nos hace que trabajemos como hormiguitas para verla siempre linda”. (Mtra. Tere Alanís)

Tere Alanis, es originaria de la Ciudad de las Canteras Rosas, Morelia. Es ingeniera química y química. Trabajó por espacio de 33 años en la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) donde fue directora, también en el Centro de Didáctica y Comunicación; su historia laboral y profesional la llevaron a fungir como Secretaria Auxiliar del Rector Daniel Trujillo y ser además su particular.
La Dra. Esperanza Ramírez Romero invito a la Mtra. Tere Alanís a formar parte de Morelia Patrimonio de la Humanidad A. C., cerca de 1992, cuando ella era Secretaria Auxiliar del Lic. Daniel, al ser amiga de toda la vida de Ramírez Romero, no dudo en decir que si, entonces llegó su tiempo de actividad para la asociación y desde entonces trabaja como miembro activo de la misma.
1 La cal viva, era apagada en sitio. cal viva es oxido de calcio y al ponerle agua genera mucho calor y se transforma en hidróxido de calcio que es con la que se hace el mortero.
2El Acueducto de _Morelia, Gobierno del Estado de Michoacán y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (1998).